Jorge tiene la suerte de vivir en una masía preciosa, en medio del campo, en silencio, animales por todas partes y unos padres que lo quieren mucho. Pero también tiene la mala suerte de que la abuela Dolores viva en la misma casa que él, que sus padres y que todos los animales de la granja. Él no lo hubiera querido nunca, está claro, pero un sábado por la mañana los padres lo dejaron solo con la abuela y, está claro, él no lo quería pero…, ¡lo que pasó, es lo que pasó! ¡Una bomba de relojería!
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