Contar cuentos es un objetivo a largo plazo. Si creamos el hábito y la rutina de tener un lugar y un tiempo para contar lo que le pasa a los demás a través de los cuentos, cuando los niños crezcan seguiremos contando. Esta vez serán sus propias historias las que llenen ese espacio y ese tiempo que hemos ido preparando a lo largo del crecimiento de nuestros hijos.